Civismo no es turismo. Otro bicentenario perdido

Con motivo del bicentenario de la Revolución de octubre, la Alcaldía formó una comisión de 100 personas tomadas de las cámaras de la producción principalmente, pero no fueron convocadas. Vino la pandemia y no pudieron actuar. El funcionario municipal encargado de ello no actuó, no pudo o no quiso actuar. Por su propia cuenta, la Alcaldía dispuso una medallita y la reedición de folletos tomados de la biblioteca municipal, casi todos nimios e intrascendentes, que no aportan en nada a la cultura nacional. En síntesis, se perdió la fecha y Guayaquil se quedó sin las obras que el bicentenario ameritaba. Ahora, con motivo del bicentenario de la batalla del Pichincha, nuevamente la Alcaldía ha errado al confundir turismo con civismo. El inicio de la cabalgata patriótica fue un desastre. El coronel que tomó la palabra por el ejército, la dirección de Turismo y el representante de la Academia de Historia, venido de Quito (¿no hay académicos en Guayaquil?), erraron en sus arengas. Este último expresó que la batalla es producto del 10 de Agosto y del 9 de Octubre, lo cual es un disparate histórico. ¿Qué tiene que hacer el 10 de Agosto de 1809 en este bicentenario? Hubiera sido del caso que se realicen obras duraderas, se profundicen los estudios, se prolonguen los conocimientos. No es posible que se siga repitiendo lo mismo que se dijo hace 100 años sobre la batalla del Pichincha.

Bernardo Lozano