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La crisis nerviosa que deja ser víctima de la delincuencia

Hay estrés postraumático con cambio de conducta, pesadillas y pensamientos negativos ❚ Para los expertos, aún hay ideas erróneas sobre la salud mental

GABRIEL CORNEJO ■ ESPECIAL PARA EXPRESO

“En total shock” es como quedó Naomi Llaguno, de 27 años, luego de ser secuestrada a inicios de mes saliendo de Urdesa y dirigiéndose a su domicilio en Los Ceibos. “Los secuestradores me insultaron y golpearon con la pistola. Me pidieron que entregara el dinero que tenía en mis tarjetas de débito, y no tuve más opción que colaborar. Estaba muy nerviosa que comencé a hablar demasiado, pero me amenazaron con matarme. Aún no logro superar el momento”, manifiesta a EXPRESO Llaguno, quien asiste a terapia psicológica después de este evento.

Asimismo, Andrés Andrade, de 32 años, quedó emocionalmente golpeado luego de presenciar una muerte violenta cerca de su domicilio en el barrio Garay, al sur de Guayaquil. Andrade asistió a un especialista luego del suceso, y fue diagnosticado con ansiedad generalizada. Ahora toma medicamentos para evadir los síntomas. “Ver esa escena fue demasiado fuerte para mí, cómo en un momento pueden llevarse la momentos, se les genera un trauma que se almacena en el cuerpo, y cualquier estímulo produce que la persona se alerte”, por eso recomienda que se trabaje de forma integral con los usuarios que lleguen a consulta.

El máster en Psicología, Juan Cando, también afirma que hoy en día más pacientes llegan con angustia y crisis nerviosas a los centros de atención. “Entran a la sala con una urgencia subjetiva, esto hoy es muy común. No tienen las herramientas para decirlo, pero los síntomas están allí, la falta para conciliar el sueño, el tema, repiten ciertas conductas, no logran salir de casa, son varios de los casos que recibo a diario”, manifiesta el especialista.

Por otro lado, el doctor y catedrático en Medicina Interna, Galo Cornejo, afirma que los problemas emocionales que viven actualmente los ciudadanos debido a los tiempos violentos son muchas veces silenciados, ya que se tienen ideas erróneas sobre la salud mental, y el problema se alarga porque todavía no hay espacios que traten a estas personas.

“Existen experiencias como las muertes violentas marcadas por una sensación de terror, desamparo, daño importante en la persona. Personas que sufren por haber visto de primera mano estos hechos, no son atendidas, esto genera que no tengan calidad de vida”, asegura.

En la Zona 8, que incluye Guayaquil, Durán y Samborondón, según el análisis realizado por este Diario y publicado en días anteriores, entre el 29 de abril y el 17 de mayo de 2022, aun con estado de excepción, se han perpetrado 64 muertes violentas. Una cifra que sigue en aumento.

Para Juan Castillo, de 27 años, conductor de una aplicación móvil, estos datos recientes producen gran preocupación por su trabajo, y han afectado su estado anímico y social, que lo ha llevado a tomar la decisión de visitar un especialista. La experiencia de él se une a la de varios entrevistados por este Diario, que hoy asisten a terapia psicológica con mayor frecuencia que el 2021.

EL DETALLE

Plan. Se usa TCC (terapia cognitivo – conductual), que incluye hablar del problema, y en ocasiones, junto a psiquiatría, se receta antidepresivos, en un 20% de los casos.

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2022-05-23T07:00:00.0000000Z

2022-05-23T07:00:00.0000000Z

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